Desde siempre me llamó mucho
la atención este eslogan que, hasta hace unos pocos años, podía ser visto por
todo aquel que llegaba por carretera a nuestra ciudad. El motivo de escogerlo
como título de la historia de hoy está plenamente justificado pues en la
ocasión que narro, al igual que otras muchas, Cartagena hizo gala de su carácter
hospitalario. A finales del mes de Abril de 1927, y definido como todo un
acontecimiento cultural, doscientos niños de las Escuelas Salesianas de Alicante visitaron nuestra ciudad en
“viaje de instrucción y propaganda”. Previamente por parte de la
Corporación Municipal se organizaron diferentes Comisiones encargadas de
coordinar la estancia de los pequeños y los diferentes actos culturales, musicales
y religiosos. De todas ellas la más importante fue la que se responsabilizó de
buscar alojamiento para los niños y estuvo formada por los señores Dorda Mesa, Letang y la Tropa de
Exploradores.
Para facilitar la labor de dicha Comisión el alcalde Alfonso
Torres, en
una nota oficiosa, rogó a sus paisanos que cooperaran con la misma. Toda
aquella persona interesada en acoger a niños en su casa debía comunicarlo en la
Secretaría particular de la Alcaldía antes del día 26 de Abril. La respuesta no
se hizo esperar y la prensa comenzó a publicar la relación con los nombres de
los cartageneros dispuestos a ofrecer sus hogares. La gran mayoría optó por un
niño pero hubo casos como el del arquitecto municipal Lorenzo Ros o el famoso maestro Feliciano
Sánchez que
acogieron dos.
Finalmente el 30 de Abril a las once y media de la mañana
llegaban a la estación de trenes los excursionistas siendo recibidos por la
primera autoridad municipal y niños de la Casa de Misericordia, Casa del Niño y
el Patronato. Desde allí se dirigieron a la Iglesia de la Caridad donde además
de recordar la figura del fundador de los Salesianos, San Juan Bosco, se entonó
una Salve y se ofreció un precioso ramo de flores a nuestra Patrona. A
continuación marcharon hacia la plaza del Ayuntamiento donde se hizo el reparto
de los visitantes escolares entre las familias cartageneras. De los actos llevados
a cabo destacó un recital musical celebrado en el Teatro Circo, un festival gimnástico en el estadio del
Almarjal y una misa de campaña en el Castillo de la Concepción oficiada por el
Obispo de Cartagena. La nota dulce la puso José Bonmatí, dueño de la confitería “La
Royal”, quien obsequió a los niños alicantinos con pasteles elaborados en su
establecimiento. Fue una estancia corta,
apenas dos días, los necesarios para que nuestra ciudad y de forma especial un
grupo de familias cartageneras justificaran con sus actos un eslogan más que
merecido.
Precisamente aquellas Escuelas Salesianas de San José -hoy ubicadas en otro lugar de la ciudad de Alicante, con el nombre de Colegio Don Bosco- celebra su centenario (1914-2014). Entre los actos organizados, se inauguró una exposición fotográfica, que sigue expuesta, donde aparecen fotos del evento de la visita de aquellos alumnos, constituidos como "batallón infantil" a la ciudad de Cartagena, que comenta en su blog.
ResponderEliminarMuchas gracias Jose A. por su comentario, las fotografías deben ser muy curiosas, a modo de anécdota le puedo decir que mi bisabuelo acogió en casa a uno de esos niños, un saludo cordial.
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