jueves, 3 de octubre de 2013

LA ESCUELA DE LA SEÑORITA SANCHEZ

Dentro del panorama educativo de la Cartagena de  principios del siglo XX, con las primeras Escuelas Graduadas de España, había también lugar para la presencia de colegios privados de primera enseñanza de niñas como el que hoy centra nuestra historia. Lo regentó D.ª Concepción Sánchez Lapuente, maestra de profesión, inicialmente en el número 37 de la calle Honda y su único objeto en sus propias palabras “era la difusión de la enseñanza en todas las clases sociales”. Condición precisa para el ingreso de las alumnas era hallarse vacunadas contra la viruela y haber cumplido la edad de cuatro años como mínimo y la de catorce como máximo. Las asignaturas que se impartían eran las correspondientes a los tres grados de párvulos elemental y superior, con la amplitud que determinaban las disposiciones vigentes en aquellos momentos. Así las niñas aprendían lectura, escritura y gramática castellana, geografía, geometría, aritmética o urbanidad, y no faltaban la Historia de España y la llamada Historia Sagrada. 

Plano de distribución de la clase de la señorita Sánchez


Para hacerse una idea de cómo era la clase y el material utilizado diré que contaba con seis mesas de escritura, cuatro bancos para las niñas, la colección de láminas de la Historia de España y la Historia Sagrada, una esfera armilar, otra celeste y una tercera terrestre, un mapa de España y otro de Europa, tres pizarras y un tablero contador de números. Las clases eran de lunes a sábado y el horario variaba siendo de nueve a doce de la mañana y de dos a cinco de la tarde en invierno, y de ocho a once y tres a seis en verano. En cuanto a los honorarios que cobraba la maestra éstos oscilaban entre las cinco pesetas del nivel de párvulos elemental y las siete pesetas y media del nivel superior. Para su puesta en funcionamiento el establecimiento de la señorita Sánchez debía cumplir las ordenanzas municipales relativas a seguridad, salubridad e higiene, y de su inspección se encargaba el médico D. Leopoldo Cándido y Alejandre. Con el transcurso de los años se trasladó a la calle Palas denominándose “Colegio Superior de Niñas y Señoritas” y en él, además de impartirse clases especiales de Francés, Música y Mecanografía, se preparaba para Bachillerato y Magisterio. De las niñas cartageneras que allí se formaron nombraré entre otras a Matilde Verdú, Julia Campoy, Joaquina Aguilar, Florita Carreras o las hermanas Pilar y Pura Fructuoso Mateo. Estas dos últimas niñas estudiaron Magisterio y eran hijas de Luciano Fructuoso Heredia, famoso por ser el propietario de la castiza bodega de la calle San Antonio el Pobre esquina con la calle Caballero.




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