Dentro del panorama educativo de la Cartagena de principios del siglo XX, con las primeras Escuelas
Graduadas de España, había también lugar para la presencia de colegios privados
de primera enseñanza de niñas como el que hoy centra nuestra historia. Lo
regentó D.ª Concepción Sánchez Lapuente,
maestra de profesión, inicialmente en el número 37 de la calle Honda y su único
objeto en sus propias palabras “era la
difusión de la enseñanza en todas las clases sociales”. Condición precisa para
el ingreso de las alumnas era hallarse vacunadas contra la viruela y haber
cumplido la edad de cuatro años como mínimo y la de catorce como máximo. Las
asignaturas que se impartían eran las correspondientes a los tres grados de
párvulos elemental y superior, con la amplitud que determinaban las
disposiciones vigentes en aquellos momentos. Así las niñas aprendían lectura,
escritura y gramática castellana, geografía, geometría, aritmética o urbanidad,
y no faltaban la Historia de España y la llamada Historia Sagrada.
Plano de distribución de la clase de la señorita Sánchez
Para hacerse
una idea de cómo era la clase y el material utilizado diré que contaba con seis
mesas de escritura, cuatro bancos para las niñas, la colección de láminas de la
Historia de España y la Historia Sagrada, una esfera armilar, otra celeste y
una tercera terrestre, un mapa de España y otro de Europa, tres pizarras y un
tablero contador de números. Las clases eran de lunes a sábado y el horario
variaba siendo de nueve a doce de la mañana y de dos a cinco de la tarde en
invierno, y de ocho a once y tres a seis en verano. En cuanto a los honorarios
que cobraba la maestra éstos oscilaban entre las cinco pesetas del nivel de
párvulos elemental y las siete pesetas y media del nivel superior. Para su
puesta en funcionamiento el establecimiento de la señorita Sánchez debía
cumplir las ordenanzas municipales relativas a seguridad, salubridad e higiene,
y de su inspección se encargaba el médico D. Leopoldo Cándido y Alejandre. Con el transcurso de los años se
trasladó a la calle Palas denominándose “Colegio Superior de Niñas y Señoritas”
y en él, además de impartirse clases especiales de Francés, Música y
Mecanografía, se preparaba para Bachillerato y Magisterio. De las niñas
cartageneras que allí se formaron nombraré entre otras a Matilde Verdú, Julia Campoy,
Joaquina Aguilar, Florita Carreras o las hermanas Pilar y Pura Fructuoso Mateo. Estas dos últimas niñas estudiaron
Magisterio y eran hijas de Luciano
Fructuoso Heredia, famoso por ser el propietario de la castiza bodega de la
calle San Antonio el Pobre esquina con la calle Caballero.
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